lunes, 30 de abril de 2012

Anulista

Ya me decidí. Señoras y señores, en la próxima elección presidencial Anita la Tamalera (o sea, yo, para que no se hagan bolas) va a anular su voto. Y ya puestos, también en las elecciones parlamentarias y las locales.
¡Basta de votar por el menos malo! ¡Démosle una lección a los sucios políticos, todos una recua de corruptos y ratas!
Me dicen que no sirve de nada, que eso sólo va a favorecer al peor de todos, que es un acto de cobardía mío o de irresponsabilidad, que así no funciona la democracia y que me estoy comportando igual que esos políticos al negar la esencia de lo que es una república democrática. Y estoy segura que tienen razón, pero ya basta. Ni un voto más, si no empezamos ahora con algo así, nunca lograremos nada...
Yo no tengo claro qué queremos lograr anulando el voto, qué vamos a lograr, porque igual habrá un presidente (uno de los cuatro por los que me niego a votar), y diputados, senadores, etcétera. Salvo que fueramos tantos anulistas que lográramos que se anule l elección, lo que no parece posible, me dicen. No importa. Tenemos que mostrar que las cosas pueden cambiar, que van a cambiar. Ya lo verán. Eso sí lo tengo claro.
De lo que no tengo ni idea es qué va a pasar si ganamos. Es decir, si somos mayoría. ¿Quién nos va a gobernar? ¿Otro político igual de corrupto e inepto, pero ni siquiera elegido por nuestros votos? Me dicen que sí.
No entiendo qué pretendemos lograr de verdad los anulistas, pero esa cantaleta de no votar por el menos malo, que todos son una porquería, resulta muy convincente.

domingo, 15 de enero de 2012

Wallace

Y que el PAN propone a Isabel Miranda de Wallace para jefa de gobierno del DF. ¡Qué padre!
Su amplia trayectoria en la administración pública la respalda, porque no tiene ninguna experiencia en el ámbito. Por eso no nos va a robar ni a transar como hacen los políticos con experiencia. No importa que no tenga ni idea, es ciudadana y eso basta.
Sus propias declaraciones nos muestran que no tiene ninguna ansia de poder, que por eso es incorruptible, que está comprometida con ciertos principios que no están a discusión. Justo por eso dijo que iba por el PAN pero hubiera ido con cualquier partido que le hubiera hecho la misma oferta.
¿Qué ha hecho con su vida? Pues vivir de la plusvalía hasta que su hijo fue secuestrado, lo que resulta terrible. Entonces con férrea determinación  se dedicó a buscar a su hijo (al que nunca encontró con vida) y a los secuestradores, a quienes logró que fueran atrapados 5 años después. Por eso creó una asociación para proteger a las víctimas y erradicar la criminalidad, algo que aún no logra a pesar de haber conseguido que se modificara la ley y que le dieran el premio nacional de derechos humanos. Un gran reconocimiento de parte de esa misma clase política que nos gobierna y que no evitó el secuestro de su hijo ni persiguió de manera eficaz a los secuestradores. Clase política de la cual ella ahora pasará a formar parte con su candidatura.
Y es que le dieron la candidatura al más puro estilo de los próceres de la democracia, como Díaz Ordaz o Luis Echeverría: por dedazo. Nada de votos, nio siquiera encuestas: la cúpula del PAN lo decisió y amén. Supongo que ahora el pesadito de Demetrio Sodio (el único que ha insistido en protestar por este dechado de democracia) se irá a otro partido político donde sí le ofrezcan hueso como a la Wallace.
¡Y además es mujer! Y madrecita abnegada, como yo. ¿Cómo no voy a votar por ella? Bueno, porque no me toca votar en el defectuoso, pero si pudiera, tendría mi voto asegurado.
Ya sé: las izquierdas unidas (jamás serán vencidas) me van a criticar por votar por esta preclara activista de los derechos humanos y en contra de la delincuencia, y la derecha me va a trolear por no meditar mi voto aunque sea para ellos. Pero, ¿qué le voy a hacer? Si pensara bien, seguro votaría de otra forma. A fin de cuentas, yo sólo soy una ignorante tamalera, por eso voto como voto.

sábado, 14 de enero de 2012

Yo voy con Quique

¡Dejen en paz a mi papacito Peña Nieto!
¿Cómo se atreven a burlarse de él porque no sabe de libros? Yo tampoco. ¿Y a poco ustedes sí?
¿Que no sabe el precio de las tortillas? Ya lo dijo: no es la señora de la casa. Lástima que no se casó conmigo, porque yo sí sé.

De todo se burlan, todo les parece mal. Como si, para ser Presidente, necesitara saber de memoria esas cosas. Para eso están los periódicos, las revistas, el internet. Y los asesores.
Queremos un Presidente honesto, eficaz, capaz de tomar buenas decisiones, con buenas dotes para negociar con el congreso en lugar de enfrentarse con él, moderado al hablar para que no meta al país en problemas con sus declaraciones, con un plan de gobierno claro, realizable y progresista, que ofrezca soluciones concretas y factibles a los problemas que nos acucian: la inseguridad, el agua, la falta de servicios públicos de calidad, la crisis económica, el desempleo, los malos manejos de nuestro dinero (me refiero a las finanzas públicas), la pérdida de credibilidad en las instituciones y la clase política...
Yo no sé si Quique tenga todo eso o tenga vacía la cabeza. Ni me importa. Yo voy a votar por él de todas formas porque es un querubín...

sábado, 15 de octubre de 2011

Ya me vi


Cuando me presento y digo “Soy Anita, y soy tamalera”, parece que fuera algo malo, una enfermedad. Que estuviera en una junta de Alcohólicos Anónimos
La verdad es que para mí no es un orgullo vender tamales, aunque me consuelo pensando que soy una empresaria, aunque no sea ni repeco.  ¡Y menos mal, porque eso suena contrario a la decencia!
Mi negocio es tan pequeño que el anafre y la vaporera no alcanzan a recibir el honroso título de pyme, ni a recibir un crédito por eso. La verdad es que, como me dedico al comercio informal tampoco me darían un crédito por no estar registrada ante Hacienda. Pero si así apenas me alcanza para medio vivir, menos si pagara impuestos.
El caso es que soy tamalera desde hace una eternidad, y, aunque no me enorgullece, tampoco me desagrada: peores cosas he hecho para ganarme la vida. Ninguna de ellas, por supuesto, me ha sacado de pobre. Supongo que no he sabido elegir bien. Debería ser política.
¡Ya me vi en mi curul! O en una Secretaría. O subsecretaría, de perdida. Bueno, de perdida no, que no estamos en Italia: allí una actriz porno puede ser diputada. Y, según me dicen, si una le da gusto al tal Berlusconi en la cama, puede ser premiada con un ministerio. El de cultura, por ejemplo, que no me iría nada mal.
Aquí en México las cosas son diferentes, aunque me dicen que el subsecretario de educación básica está en su cargo por acostarse con la hija de la Gordillo. Para mí que son meras habladas: yo no creo que el yerno de esta señora esté ahí debido a con quién se acuesta, que lo que lo ha encumbrado es a quién obedece.
Pero eso son especulaciones. Lo que me importa es que quiero entrarle a la política y llenarme los bolsillos de dinero sin trabajar mucho. Llevo toda la vida partiéndome el lomo y no salgo de pobre, unos años de descanso y riqueza no me vendrían mal.
Pero no. Sueños guajiros nomás.  ¿Quién querría a una tamalera de senadora? Y, encima, está la cosa del honor: un hombre público es un estadística; una mujer pública… bueno, ya saben ustedes que no es igual. Y yo no volvería a ejercer el oficio nunca más. Nunca lo hice ni lo volvería a hacer. Aunque por una subsecretaría o una curul…

jueves, 16 de diciembre de 2010

Anita la tamalera ha dado en ser diputada (4/4)

Carta primera a El Pensador Mexicano  (Continuación)
"Pero ya se ve, el Congreso no debe ser concilio, y así no podrán tocarse en él unas materias que son tan extrañas de la legislación civil. Más propias son de él, sin comparación, otras que los diputados han echado en un total, y no sé si voluntario olvido, las que ciertamente permanecerán en él si los sucesores son clérigos. ¿Cuánto provecho no resultaría a toda la nación, si con una sencilla, pero vigorosa ley, se taparan los tres portillos que siempre han estado abiertos, para ir dejando salir imperceptiblemente la sangre de nuestro comercio, que es la moneda? ¿Quién ha averiguado hasta ahora, o cuándo ha sabido el público, ni aun el gobierno, a cuánto ascienden las sumas que los frailes hacen salir de la República a países extranjeros y enemigos nuestros, con los piadosos pretextos de la custodia de los santos lugares, de la redención de los cautivos, y de los regalos que se hacen a los generales de las órdenes religiosas? ¿Qué obligación tiene la América de dar ni un real para semejantes objetos? ¿Ni qué seguridad de que lo que da se invierta fielmente en su destino, y no se emplee en fomento de vicios y maldades? Nosotros no tenemos la culpa de que Dios haya criado y prosperado a los turcos o moros en la Palestina, posponiendo a los cristianos en el goce de ese santo país; ni hemos visto jamás, en tres centurias, ni siquiera un cautivo libertado con las talegas de pesos que hemos visto salir con ese fin; ni nos importa un bledo el que los jefes principales de las religiones vivan en el lujo, y tengan o no con qué fomentar una abundancia de príncipes. Es por cierto especioso el pretexto conque se sostiene la socaliña de las limosnas para los santos lugares; pero en realidad es un engaño de las personas piadosas, y no sé si diga una estucia delos bribones, porque dicen que estas limosnas se dan para estorbar, por medio de los frailes residentes en Palestina, que los turcos ultrajen los lugares sacrosantos de nuestra redención; pero no ven que ése es puntualmente un modo eficaz y directo de que el ultraje se perpetre y perpetúe. Si no se les diese ningún dinero, a los turcos, ellos harían lo que quisieran de los santos lugares; los profanarían  destinándolos a usos públicos o privados, o los dejarían arruinarse; pero no los profanarían, como en efecto los profanan, valiéndose de ellos para estafar el dinero de los cristianos. Por ventura ¿no sería una profanación sacrílega de un vaso sagrado, el sacarlo por las calles gritando al pueblo que si no se diera al que lo portaba tanta cantidad, se serviría de él como vaso de inmundicia? Pues no hay más que aplicar el ejemplito: dando limosna al atrevido que hoy la exigiera, se impediría la ejecución del ultraje; pero no el conato de hacerlo; y este conato nadie puede negar que sea un ultraje, y ultraje que ninguno, ciertamente, haría si estuviera cierto de que nadie le daría una blanca aunque amenazara con su ejecución. Finalmente, es trastornar las ideas de caridad, que nos enseña el Evangelio, dar limosnas para sostener los lugares de Jusea, que no son más sagrados que nuestros templos materiales, dejando, al mismo tiempo, perecer en la miseria a tantos templos vivos de Diops, cuantos son los infelices famélicos que pueblan nuestro Continente, y que forman casi una cuarta parte de su censo.
"¿Ve usted cómo sé hablar, señor Presidente? Pues mejor lo hiciera en una Cámara. Cuando era más muchacha, pnsaba que para ser legislador era necesario el estudio de las leyes, pues el que no es zapatero nunca hará buenos zapatos; mas ahora que he visto que indistintamente son legisladoes los abogados, clérigos, médicos, militares, comerciantes, artesanos y labradores, me confirmo en que no hay oficio más fácil que el de diputado, y creo que apenas prestan el juramento los destinados a serlo, cuando se les infunden todas las ciencias de un golpe.
"Conque así, tatita, escriba usted por Dios, para que nos habiliten a las mujeres, a ver si saco alguna tajada en la nueva legislatura. Así Dios lo ayude en cuanto mano ponga. No me deje usted de contestar, pues aunque soy tamalera, soy mujer y debo merecerle alguna consideración. Entre tanto, usted mande como guste a su afectísima, que lo estima. Anita la Tamalera".

México, septiembre 5 de 1826
Ya el público ve cuánto me compromete esta maldita muchacha. Es necesario contestarle, y como es regular que continúe sus cartas, he designado ésta con el número de primera.
El Pensador.

[Tomado de José Jaquín Fernández de Lizardi, Obras XIII. Folletos (1824-1827), recopilación de M. R. Palazón Mayoral e I. I. Fernández Arias. UNAM, 1995. Pueden ojearlo aquí]

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Anita la tamalera ha dado en ser diputada (3/4)

Carta primera a El Pensador Mexicano  (Continuación)
"Dicen por ahí los herejes que para ser cristianos y salvarse no se necesita depender de Roma, y lo prueban conque, en los primeros siglos de la Iglesia, cada obispo era pontífice de la suya sin dependencia del papa, y se salvaban los cristianos; y hubo santos canonizados, pues que los obispos canonizaban cuantos querían; pero digo que más que, sí, más que sea cierto que pueden los hombres ser cristianos y salvarse sin la bendición apostólica de su santidad, como de hecho se han salvado sin ella, lo que importa es que dependamos del papa y que le vivamos sujetos, no sólo espiritualmente como a pastor universal, sino como a nuestro monarca y soberano temporal; quizá por esto otro padrecito propuso que le diéramos a su beatitud cien mil pesos anuales. Esto es una friolera, atendida la opulencia de la actual República, su comercio abierto, sus pocos gravámenes, el gran mérito que tiene contraído con nosotros el santo padre con no reconocer nuestra Independencuia, y el que probablemente secundarña con desechar el concordato que se le presene; pero con todo eso, yo deseara que se le dieran cien mil pesos mensuales, que es bien poco para los gastos y lujo que tiene que impender su santidad, el sacro colegio, la curia romana, etcétera, etcétera, etcétera.
"Si me preguntasen que ¿por qué siendo republicanos libres, hemos de sujetarnos a ser vasallos feudatarios de su santidad? Diría que por fanáticos e ignorantes, porque no sabemos distinguir al papa rey del papa pastor, porque creemos todavía que el cielo se compra con dinero, y que el papa, los obispos, clérigos y frailes tienen el cielo en arrendamiento para vendernos la entrada como los empresarios las entradas de sus coliseos.
"Esto respondería yo como una pobre tamalera; mas me condenarían al último desprecio los padrecitos diputados y senadores, intolerantes, antimasones y obsequiadores del papa.
"VEa usted, y ¡qué buenos salen los clérigos de Dios en los congresos políticos de los hombres! Parece natural que se hubiese tratado por los ministros del santuario sobre indulgencias, simonías, excomuniones, bendiciones papales y otras cosas puramente espirituales, pùes que su autoridad no se extiende a más.

[Tomado de José Jaquín Fernández de Lizardi, Obras XIII. Folletos (1824-1827), recopilación de M. R. Palazón Mayoral e I. I. Fernández Arias. UNAM, 1995. Pueden ojearlo aquí]

martes, 14 de diciembre de 2010

Anita la tamalera ha dado en ser diputada (2/4)

Carta primera a El Pensador Mexicano  (Continuación)
"Por ahí dicen que fuera de esta capital se han perdido las elecciones de parte de los yorquinos o liberales, y que se han ganado por fanáticos; que la legislatura venidera se compondrá de una chusma de clérigos, que será una gloria, y que entonces sí que se harán unas leyes más oportunas para fanatizar al pueblo, hacerle odioso el sistema, y quién sabe qué más... Pues, yo no lo digo, sino que refiero lo que dice la gente.
"Mas creo que esos temores son infundados, porque yo no he visto mejores leyes ni proposiciones que las dictadas por los padres. ¿Qué ley más hermosa, ni que acredite mejor nuestro catolicismo, ilustración, filantropía y amor a Roma, sino la que consta por el artículo 3º de nuestra sabia Constitución? ¿Habrá gloria en el mundo como ser intolerantes por principios? ¿Qué importa que las naciones nos tengan por hotentotes, supersticiosos y fanáticos? ¿Qué conque destruya esta ley nuestra futura población, y embarace la ilustración que adquiriríamos en pocos años, a sobra de la tolerancia religiosa? Y por último, ¿qué conque tal vez por esta intolerancia rehuse reconocer nuestra Independencia Inglaterra, ni entablar con nosotros relaciones de alianza y amistad? Nada importa todo esto; aunque seamos ignorants y pobres, aunque nos expongamos a volver a caer en las garras del león de Iberia, y aunque todo se pierda, todo se debe posponer al bien de nuestra alma, porque, ¿qué le aprovecha al hombre ser dueño del universo, si pierde su alma? Quid prodest homini?, etcétera. Lo primero es lo primero, y esto consiste en buscar el reino de Dios, seguros de que todo lo demás se nos dará de ribete. Quaerite primum regnum Dei, etcétera, pues más vale entrar al cielo cojos, tuertos, mancos, tontos, pobres y esclavos, que al infierno buenos y sanos, instruidos y libres. Todo cuanto nos escandalice debemos arrojarlo lejos de nosotros, aunque sean nuestros ojos, pies o manos; y así, cuando nos escandalizan los extranjeros por el diverso modo con que rinden sus homenajes al Ser Supremo, debemos echarlos lejos de nosotros, y esto se consigue en paz con la ley citada, pues para el caso, lo mismo es echarlos fuera de casa que ponerles una tranca para que no entren. Peor fuera echarlos de este mundo, como aquel católico romano echó al pobre zapatero porque no se hincó en su puerta al pasar el Viático.
"Lo mejor es ser intolerantes de remate y quitarnos de historias. Otro padrecito exigió a los extranjeros sus fes de bautismo, y no sé qué otras informaciones. Hizo muy bien; y yo de diputada no me contento con eso, sino que a los ingleses, hebreos y turcos, además de la fe de bautismo y la Bula de Cruzada, les exijo las cédulas del cumplimiento de Iglesia, que las presentarán muy curiosas estos señores.
"Otro padrecito escribió mucho y habló más contra los masones, ofreciendo exterminarlos, o a lo menos perseguirlos; yo no he sabido el resultado de esa persecución.

[Tomado de José Jaquín Fernández de Lizardi, Obras XIII. Folletos (1824-1827), recopilación de M. R. Palazón Mayoral e I. I. Fernández Arias. UNAM, 1995. Pueden ojearlo aquí]